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Cuando Abreu paró los corazones uruguayos

Un cumulo de emociones se apoderó de los hinchas uruguayos durante la serena caminata de Sebastián ‘El Loco’ Abreu, rumbo a la ejecución del decisivo penal por los cuartos de final de la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, tras una serie eliminatoria para el infarto frente a Ghana.

Abreu tenía la fama, pero nadie pensó que se atrevería… a los “Panenka”, así selló ‘El loco’ el pase a las semifinales para la Celeste que, luego de un gran letargo, llegaba a instancias definitorias en una cita ecuménica, tras el bicampeonato de los años 1930 – 1950.

El uruguayo futbolero sabe que ese tipo de partidos se da acaso una vez en cada 100 años. El equipo dirigido por el ‘Maestro’ Oscar Tabárez se enfrentaba en los cuartos a los africanos ghaneses.

A 48 días para el Mundial de Rusia 2018, es momento exacto para revivir emociones fuertes como en aquel encuentro, donde Uruguay empezó cuesta arriba, debido a que Sulley Muntari clavó un golazo para poner en ventaja a los africanos.

El gol en contra trajo consigo desavenencias y el nerviosismo se plasmó en el juego charrúa, que sufría con estridencia los veloces ataques de Ghana. “lo considero como un partido épico, no solo por la forma en que se logró la clasificación, sino por la entrega de los muchachos”, exterioriza el estratega uruguayo Oscar Tabárez.

Precisamente esa entrega, enjundia y tenacidad dio sus frutos cuando Diego Forlán – elegido mejor jugador de aquel torneo- lustró el balón con su exquisito pie derecho para marcar la igualad.

En tablas y con el cansancio haciendo mellas, el duelo fue a tiempo extra. Lapso del carrusel de emociones fuertes.

-Del desahucio al olimpo-

Un minuto separaba a Uruguay de los penales cuando los africanos ganaron un tiro libre en el sector izquierdo. De esa jugada se gesta uno de los momentos más emblemáticos de los mundiales.

Balón perdido en el área y Muslera fuera de foco, Dominic Adiyiah pesca el esférico con un cabezazo sobrepasando la defensa de Fucile, sin embargo, Suarez a espaldas del lateral pone la mano para evitar la conquista y dejar en vilo la suerte del equipo sudamericano.

«Fue una mezcla de estar deprimido porque me expulsaran, pero contento porque si lo metían íbamos a perder. Arriesgué”, rememora el ‘Pistolero’.

La acción cobra notoriedad debido a que, en el penal, Asamoah Gyan estrelló el esférico por el larguero, dilapidando el pase a la siguiente fase para Ghana.

“Cuando fallan el penal se convirtió en satisfacción. Se me ha echado la culpa por anti fair play, pero si lo falla la culpa no es mía. Lo grité más que un gol. Un compañero del banquillo se desplomó tras esa jugada”, recuerda igualmente el delantero del Barcelona.

Posterior a esos segundos de incertidumbre, el equipo charrúa se preparaba para los penales donde nuevamente se contagia con otro cambio de ánimo: la tensión.

Fernando Muslera leyó la intensión de John Mensah y Adiyiah para contener dos penales durante la tanda de los 12 metros.

En la tanda Celeste: Forlán, Victorino y Scotti rubricaron, mientras que Maxi Rodríguez erró. Faltaba el penal decisivo, ese mismo que Abreu recreo en su mente “cuando iba caminando para patear el quinto”.

Óscar Tabárez, el técnico de la selección charrúa había decidido que fuese el tercer lanzador, pero él pidió que le dejasen el quinto penal. Es que el ‘Loco’ ya había visto la película en su cabeza. Lo hizo de manera épica, al estilo “Panenka”, aquel jugador de Checoslovaquia que la alcanzó fama gracias a su hábil y sorprendente forma de convertir desde la mancha blanca.

El ariete definió y Uruguay celebró, “no es locura, es estilo”, dice el ‘Loco’ sobre su peculiar forma de definir, a sangre fría y que sirve como incentivo para otro nuevo capitulo de la Celeste en los mundiales. Esta vez, atrapado en el Grupo A, junto al anfitrión Rusia, Egipto y Arabia Saudita.

 

 

 

 

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